Búscate a alguien que te cubra con una sábana cuando te quedes dormida,
y que le tenga envidia al sueño por no dejarte ver quién eres cuando cierras los ojos.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Es él, siempre lo supe

Me giré hacía él esperando una explicación a una duda que tenía sobre el tono del francés. Me miraba, casí podía sentir que me leía la mente. Poco a poco me acarició la mejilla, y se acercó lentamente, fundiendo nuestros labios en un dulce beso. Nuestras lenguas jugateaban como de dos gusanitos de seda fueran. Pecho contra pecho. Labio contra labio. Frente contra frente. Dos corazones entrelazados.



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